El Día de las y los Periodistas fue establecido en 1938 por el Primer Congreso Nacional de Periodistas celebrado en Córdoba, en recuerdo del primer medio de prensa con ideas patrióticas. El 7 de junio de 1810, Mariano Moreno fundó la "Gazeta de Buenos Ayres", primer periódico de la etapa independentista argentina luego de la Revolución de Mayo.

 

   Desde aquellas épocas hasta hoy, la labor periodística ha recorrido un largo camino; siendo parte presente en todos los procesos y cambios que vivió el país, registrando cada hecho, danto testimonio de cada lucha de todos los sectores, en todos los rincones de nuestra patria. En definitiva, convirtiéndose en una labor ligada íntimamente a la democracia.

 

   Es en tal sentido que no podemos menos que -también en este caso- levantar voces de alarma y repudio ante el constante hostigamiento del que son víctimas las y los trabajadores de prensa en el presente. La comunicación, la labor periodística, no existe para ser propaganda de las y los gobernantes. No nació para agradar. El trabajo de prensa debe ser crítico, debe cuestionar, debe poder realizarse en un clima en el que los derechos estén garantizados y no sean esas y esos trabajadores blanco constante de quienes solo buscan adulación y aplausos.

 

   Párrafo aparte, la persecución de la que son víctimas ha pasado todos los límites y se profundiza a diario con despidos, vaciamiento de medios estatales, y -como nos sucede al resto de las y los trabajadores- sueldos de miseria que no garantizan una vida digna. Si a eso le sumamos lo que nos reflejan las imágenes de coberturas de cada miércoles en Buenos Aires, donde las y los trabajadores de prensa deben asistir con cascos y máscaras y tuvimos que celebrar que, luego de dos meses, por fin salió de terapia un fotógrafo baleado por la policía… no hablamos del mejor contexto para que la tarea de reflejar la cotidianeidad pueda realizarse como es debido.

 

   Buscar acallar a la prensa porque no nos festeja discursos aberrantes es buscar acallar la democracia. Y eso es algo que no podemos permitir que suceda.

 

   Saludamos y agradecemos a las y los periodistas que continúan formándose, investigando, y reflejando el presente a nuestro lado, en cada lucha, en cada logro. Codo a codo, en la gloriosa unidad de las y los trabajadores, seguiremos adelante para que este presente pueda ser algo distinto a lo que es. Porque con balas, persecución y hostigamiento no hay periodismo posible; y con ello, tampoco hay democracia.

  

 

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