Blanca Díaz de Garnier nos dejó en la tarde de este sábado. Mamá de Roberto Edgardo Garnier, detenido desaparecido en La Plata en febrero de 1977 y de Silvia Garnier, docente y militante histórica de nuestro sindicato.

 

   Su hijo Edgardo se casó con su compañera de militancia Violeta Ortolani, quien también fuera víctima de la dictadura: fue secuestrada en diciembre de 1976, estando embarazada de ocho meses. Desde entonces, y con enorme fortaleza, Blanca recorrió el camino de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en busca de su hijo, su nuera y su nieta que había nacido en cautiverio, con la que pudo reencontrarse en diciembre de 2017, cuando Abuelas anunció la restitución de la Nieta 126, Adriana.

 

“Esta Abuela se define como una mujer tranquila, humilde y de buen carácter. Le encanta cantar folklore y tango. Sus favoritos: “Malena” y la zamba “La dejé partir”. Le encanta el teatro y actualmente forma parte de un grupo organizado para realizar obras y eventos. También en sus ratos libres escribe, es su “forma de expresarse”, dice. Recita alguna que otra de sus poesías con esa voz dulce y calma. Vive en la ciudad que la vio nacer: Concepción de Uruguay, en la provincia de Entre Ríos”, así describía a Blanca el periódico de Abuelas de Plaza de Mayo en la nota que le hicieran en mayo de 2009, ocho años antes de celebrar la enorme felicidad de dar con la Nieta Recuperada 126, Adriana. Su nieta.

 

   Desde AGMER no tenemos más que palabras de dolor y profunda tristeza. Despedimos a cada Abuela que nos deja con una congoja enorme, pero en el caso de Blanca, el dolor nos toca más de cerca y sentimos como propia la pérdida de Silvia y de todos y todas las compañeras de Uruguay.

 

   Haciéndole honor a su incansable lucha, por Memoria, Verdad y Justicia, las y los seguiremos buscando.

 

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