Hoy nos toca despedir a una compañera entrañable. Nos ha dejado Shirley Deymonnaz, pilar fundamental de la historia de AGMER y CTERA, porque concibió la organización sindical de las y los docentes desde sus cimientos. Y la construyó con el compromiso, la tenacidad y la firmeza que la caracterizaron.

   El dolor de su partida atraviesa hoy a todo el sindicalismo docente. Shirley es conocida y reconocida en todo el país, porque desde la CTERA aportó su trabajo, su lucidez y su memoria prodigiosa a las entidades de base en las diferentes provincias.

   Este pesar es también un agradecimiento por su enorme legado, por todo lo que aprendimos de ella.

   Desde Villa Elisa, Colón, Shirley Deymonnaz trabajó por la organización sindical docente desde la década del 60 en la Asociación Departamental de Maestros de Colón. Su nombre está para siempre ligado al nacimiento de AGMER. Integró la primera conducción provincial, cuando Alba Bochatón fue electa Secretaria General, como Secretaria de Actas. Fue secretaria Adjunta de AGMER (1984-86), Congresal de CTERA, vocal en el Consejo General de Educación; secretaria general de la Seccional Colón; secretaria de Finanzas de CTERA. Fue también la primera representante por CTERA en OSPLAD.

   Más allá de los cargos que ocupó en nuestras organizaciones, son sus decisiones y la fuerza de su trabajo lo que palpita en la historia de AGMER. Tuvo un rol central en la adquisición y construcción de la Casa Docente de Colón; la casa que hoy ocupa la sede de AGMER Central en Paraná y también el inmueble de calle Buenos Aires, donde está actualmente la Casa Docente de Paraná. Pergeñó y puso en marcha la organización administrativa de AGMER, una tarea tan reconocida que la CTERA la convocó para la secretaría de Finanzas, poco después de la Marcha Blanca, donde logró sanear la confederación que atravesaba un momento de dificultades presupuestarias.

   En la Carpa Blanca que AGMER montó a comienzos de 2021 frente a Casa de Gobierno, hubo un homenaje a Shirley, organizado por la Seccional Colón. Allí, otra compañera histórica de AGMER, Clelia Lavini, la persona que mejor la conoció, destacó que “todo lo que ella encaraba, lo hacía con mucha fuerza, con decisión, tenacidad y perseverancia”.

   Eso le valió ser convocada para múltiples funciones, como acompañar a Marta Maffei cuando con la Carpa Blanca se debatía la Ley de Financiamiento Educativo y luego el control de la implementación del Fondo de Incentivo Docente. Lo hacía sin tener un cargo formal en la CTERA. Así fueron muchas de sus intervenciones: silenciosas y fundamentales.

   En AGMER –recordó Clelia Lavini- se involucró de lleno en la parte administrativa y contable. “Y nosotros podíamos dedicarnos a la militancia política con la tranquilidad de que había una compañera ocupándose de eso de manera impecable”.

   Eran épocas de pocas fotos. Y además a Shirley no le gustaba hablar en público. “Era muy humilde. Conocíamos su trabajo, su organización y sus decisiones, pero nunca quiso ser expositora de nada”, recordó Clelia.

   Las generaciones que seguimos su construcción, asumimos el compromiso que Clelia nos pidió en esa charla: no perder la memoria para recordar siempre a quiénes hicieron este sindicato.

 

   ¡Hasta siempre compañera Shirley!

 

AGMER Comisión Directiva Central