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Dolor, impotencia, y una barrera que no logramos superar: nos siguen matando

Familiares, amigas, amigos, militantes y la sociedad en general marcharon en horas de la tarde de ayer a los Tribunales en Santa Fe para pedir justicia por el transfemicidio de Alejandra Ironici, asesinada el domingo por la madrugada en la ciudad capital de la vecina provincia. Lágrimas, abrazos y una frase que se escuchaba en cada grupo: “podría haber sido cualquiera de nosotras”.

 

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Convocada de manera espontánea luego de la tremenda sorpresa por el asesinato, ocurrido en la madrugada del domingo, la sociedad santafesina se concentró en horas de la tarde de ayer, lunes 22 de agosto, para marchar a Tribunales exigiendo justicia por el transfemicidio de Victoria Alejandra Ironici.

 

Abrazos, llanto y profundas muestras de dolor y tristeza era lo que se percibía entre las y los amigos, familiares y compañeros de militancia que se acercaron a reclamar por justicia. Alejandra fue asesinada en su domicilio de la capital provincial. La encontraron con signos de violencia y la justicia investiga el caso caratulado como transfemicidio, por el que ya hay un detenido.

 

Alejandra Ironici fue la primera persona en Santa Fe en recibir su DNI y partida de nacimiento con su identidad autopercibida, en marzo de 2012, dos meses antes de la sanción de la Ley de Identidad de Género. Trabajaba en los hospitales Iturraspe y Sayago de la capital provincial; en 2010 se había convertido en la primera funcionaria trans en asumir en el Servicio Social del Hospital Iturraspe. Además, fue la primera persona trans en Santa Fe en acceder a un puesto docente en una escuela secundaria.

 

Luchó para que las personas trans pudieran tener una vida digna, acceder a la salud, la educación, la vivienda y el empleo, y superar la barrera de los 35 años, que aún hoy es la expectativa de vida de un colectivo atravesado por el estigma, la violencia y la marginalidad.

 

Hace tres meses, a 10 años de la sanción de la Ley de Identidad de Género, había escrito en el Periódico Pausa de la ciudad de Santa Fe: “Anhelo que los sueños de esa niña que un día vino a la gran ciudad se conviertan en realidad: poder tener una profesión, una vivienda, un hogar y morir dignamente. Espero que las luchas colectivas les dejen un mejor vivir a nuestras infancias trans, sin tanta falta de humanidad”.

 

Hoy, las palabras de Alejandra nos atraviesan con un dolor, que, como su partida, no podemos ni entender ni superar. “Podría haber sido cualquiera de nosotras”, se escuchaba en la concentración. El nivel de desprotección que desnuda esa frase debe ser alarma y acción para la sociedad toda.

 

No podemos seguir sumando rostros tan queridos a nuestras banderas. Tomamos el legado de Alejandra, pero esto no puede suceder más. Y como docentes de nuestra querida escuela pública tenemos un rol y una responsabilidad enorme para con las infancias y para con el futuro que creamos en cada aula.

 

No más transfemicidios. No más odio de género. No más femicidios. Ni una menos. Basta.

 

Victoria, presente, ¡AHORA Y SIEMPRE!

 

#LaLuchaEnLaCalle #Agmer

 

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