“La escuela no se cierra nunca”. Así describen a este edificio que ya tiene veinte años y al que asisten más de 500 estudiantes. En ambas escuelas se genera una actividad intensa todos los días de la semana, pero también los sábados y domingos en los que se desarrollan tareas propias o de la comunidad en la que residen.

 

Es contundente el rol social que ejerce la institución en estos barrios: cuenta con una biblioteca muy completa en la que, muy ordenados, se visualizan mapas, afiches, libros de estudio y de lectura y hasta juegos de mesa. El Nivel Inicial tiene un espacio específico muy cuidado con tres aulas en las que la dedicación docente se brinda a los ojos en mil y un detalles. Los espacios abiertos están dispuestos para que los estudiantes de todas las edades puedan usarlos durante la jornada (tomando sol, estudiando, jugando o compartiendo algo rico) y son 253 los estudiantes de ambas escuelas que asisten al comedor. Al recorrer el espacio, nos encontramos al equipo directivo de la Escuela Primaria trabajando intensamente con la Supervisora en la agenda de la institución y al Rector de la Secundaria atendiendo funciones que lo exceden, ante la falta de cargos específicos para el funcionamiento.

 

Muchas son las demandas de estas instituciones, dado el creciente compromiso con la comunidad que le da vida. La más urgente es, sin dudas, la falta de cloacas. Estas escuelas que convocan a más de 500 estudiantes –situadas, además, en la planta urbana de una ciudad cabecera como Federal– no están conectadas a la red de saneamiento, constituyendo una deuda imperdonable con las necesidades de la gente. 

 

Nuestra provincia está regada de escenas de este tipo, de escuelas metidas en la gente, atendiendo sus necesidades, dando cuerpo a sus sueños. Escuelas cargadas de estudiantes llenos de futuro, de cocineras poniendo todo su esfuerzo y amor en cada plato, de docentes comprometidos con su tarea y con la gente, que ponen el pecho a todas las adversidades para fortalecer la Escuela Pública. Por eso decimos e insistimos, los entrerrianos necesitamos más Escuela Pública, más Educación, más experiencias colectivas como estas. Porque maestros, profes, directivos, estudiantes y comunidades para darles vida, sobran.

 

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