Muchas fechas nos representan como clase de diversa forma -el 8 de marzo, el 4 de abril, el 1 y 23 de mayo- pero el 11 de septiembre, como el 17 para las y los profesores, es un día que sumamos particularmente a nuestro calendario. 

 

La verdad, en marzo ninguno de nosotros pensó que en septiembre seguiríamos de cuarentena. El 11 de septiembre es un día de encuentro y festejo colectivo, de saludarnos como docentes y felicitarnos por ser lo que somos. Podemos decir que, incluso, lo hemos resignificado.

 

A pesar de que la lucha contra la pandemia se extendió hasta hoy, nosotros igual festejamos, nos saludamos y nos encontramos a través de las formas que estos tiempos nos permiten hacerlo.

 

Nos construimos como colectivo docente en cada minuto de nuestra vida, como activos, también como jubilados y jubiladas, y empezamos a hacerlo ya cuando estudiamos en los profesorados. Muchos lo hacen, incluso, antes de ser estudiantes, en sus hogares o en experiencias previas a los institutos. Nos construimos en la función, en la lucha y también en los festejos y en nuestras conmemoraciones.

 

Sin dudas que duelen esos abrazos que no nos daremos, esos encuentros llenos de música y alegría que nos caracterizan. Pero no tenemos dudas de que ya saboreamos cuando nos reencontremos en las aulas y en las calles, luchando y enseñando en todos lados y al mismo tiempo. 

 

En este 11 de septiembre, tan particular, festejaremos una vez más que somos docentes.

 

Maestras y maestros, con la educación sobre los hombros, no bajan los brazos: enseñan, resisten y sueñan.

 

A todas y todos ellos ¡Feliz día!

 

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