El establecimiento, que funciona desde hace más de treinta años en un espacio prestado que pertenece a un frigorífico, cuenta desde 2015 con un terreno que fuera cedido por el municipio para construir allí su edificio propio. Sin embargo, la inacción e injustificadas dilaciones por parte del gobierno provincial han generado que casi una década después la comunidad educativa continúe sin un lugar definitivo para desarrollar los procesos de enseñanza y aprendizaje en condiciones apropiadas.

   Como sindicato denunciamos la responsabilidad de las autoridades políticas, desde la titular de la Dirección Departamental de Escuelas hasta la presidenta del CGE y el propio gobernador Frigerio, cuya única y repudiable definición ha sido en el cierre de la escuela y la reubicación de sus estudiantes y docentes en otros establecimientos. Cabe destacar el importante papel social y pedagógico que cumple la institución, que además cuenta con un jardín de infantes, dado que a la misma concurren cada día decenas de niñas y niños del barrio La Tablada.

   Demandamos al gobierno que avance de manera inmediata en medidas que aseguren la continuidad del establecimiento y la construcción de su edificio propio en el barrio, de modo que se garanticen las condiciones laborales de los compañeros y compañeras docentes que trabajan allí, así como el derecho social a la educación de los niños y niñas del barrio. Si las autoridades realmente se interesan por la educación pública como suelen repetir ante los medios, la manera concreta y efectiva de demostrarlo es protegiendo las escuelas, jamás ordenando su cierre.

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